27.11.09

Lacejota





Qué desasosiego de ir y venir de nada,
cuánto tiempo apilonado en cajas débiles,
qué tremenda insatisfacción general,
cuántos recuerdos quietos,
cuántas salas quedaron vacias de penas vacias.

Lo nuevo no sacia lo viejo,
lo viejo envejece aún más y los viejos
nos quedamos mudos e inertes
ante el trasiego al NO LUGAR.

Seremos nosotros en otras salas
ahora nuevas, límpidas del hastío conocido?
Salas con mesas blancas, inmaculadas
de pecados inconfesables.

Cuánto papel, cuánto rollo sostenido,
cuántas multas sin pagar
cuántas penas.
Cuántas miradas ciegas de no decirle nada
a nadie que pasa.

De una ciudad a otra ciudad,
descalzos de ánimo, tristes de esperanza
por tantos años de trabajo enmohecido,
verdes de ira, verdes de odio,
tontos de miedo.