27.11.09

Lacejota





Qué desasosiego de ir y venir de nada,
cuánto tiempo apilonado en cajas débiles,
qué tremenda insatisfacción general,
cuántos recuerdos quietos,
cuántas salas quedaron vacias de penas vacias.

Lo nuevo no sacia lo viejo,
lo viejo envejece aún más y los viejos
nos quedamos mudos e inertes
ante el trasiego al NO LUGAR.

Seremos nosotros en otras salas
ahora nuevas, límpidas del hastío conocido?
Salas con mesas blancas, inmaculadas
de pecados inconfesables.

Cuánto papel, cuánto rollo sostenido,
cuántas multas sin pagar
cuántas penas.
Cuántas miradas ciegas de no decirle nada
a nadie que pasa.

De una ciudad a otra ciudad,
descalzos de ánimo, tristes de esperanza
por tantos años de trabajo enmohecido,
verdes de ira, verdes de odio,
tontos de miedo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La Ciudad de la Justicia parece una gran cárcel. Muy bueno el poema.

Saludos y un abrazo, para ti y tambien para Pilar,

Esteban

Trini Zurita dijo...

Ji, ji,ji! Toda ella no es una carcel, pero la carcel, está calcadita de la pelicula de la "Milla Verde" La has visto?

Un beso

Anónimo dijo...

La Milla Verde es una pelicula estupenda. Una historia que me gustó mucho, y siempre que la pasan por la tele, la veo.
De todas maneras no me acaba de gustar la ciudad de la justicia.

Un beso para y y recuerdos a Pilar.

AAhh
Feliz Navidad ¡¡¡

Esteban

Unknown dijo...

m'agrada aquest poema,
esta genial.